Conocido es que en los espacios litorales, cuando son azotados por el viento de Levante, muestran pocos paseriformes que, por su general pequeño tamaño, buscan refugio ante esta inclemencia. Y más en nuestro parc, donde el resto de aves, incuidas las más acuáticas como las gaviotas son poco habituales. No obstante, el maretes por la tarde, pude contabilizar 224 gaviotas reidoras (Larus ridibundus), cantidad más o menos media estos días, pero que es notoria para un día de Levante. Además, entre ellas, 5 gaviotas cabecinegras (L. melanocephalus) adultas todas, la máxima cantidad desde el paso postnupcial o invernal según sea el caso de cada una de ellas. Sumar también la nada despreciable y regular estos días, cantidad de 55 ánades reales (Anas platyrhynchos) que iban entrando desde el litoral. Por la mañana, nuestra amiga Danielle contabilizaba un mínimo de 31 ejemplares de este pato, lo que demuestra esta tendencia de zona de resguardo para la especie en días de lluvia o Levante. En estos días, los patos que sobrevuelan el litoral se guarecen en el lago, dando lugar a aumentos interesantes. Hay que sumar la presencia de la habitual garceta común (Egretta garzetta), de tan solo 16 gaviotas patiamarillas (L. michahellis) y de 1 lavandera cascadeña (Motacilla cinerea). Parecía que el martín pescador (Alcedo atthis) no se encontraba presente, pero sí estaba. Posado en un rincón del cemento, allí donde el viento no podía molestarlo tanto. Recoger de nuevo la escasa presencia de mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita), apenas 6 de ellos, una especie que es más que probable se encontrara más guarecida del viento, pero que en estos días no se observa tan abundantemente como otros.
jueves, 24 de octubre de 2019
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