El sábado por la tarde, aprovechando un paso por la platja de Llevant, un andarríos chico (Tringa hypoleucos) descendió raudo, buscando cobijo en los espigones de citada playa. Venía de sobevolar el parc, pero su trayectoria de vuelo parecía indicar que no había ni intentado posarse en el mismo. Por otra parte, 6 cormoranes grandes (Phalacrocroax carbo) en forma de V luchaban contra un fuerte viento que zarandeaba la formación. Pasaron muy cercanos a las azoteas de uno de los rascacielos y acabaron dirigiéndose hacia el port. Tres días antes, otro cormorán grande, sin viento alguno, proveniente de la cuenca del Besòs, sobrevoló el parc sin interesarse en él y siguió vuelo hacia la costa. Hay que también resaltar el tamaño de algunas ratas que hay en los espigones de la platja de LLevant. No muestran temor ante nada, tienen un gran tamaño, tanto que los gatos que se mueven entre las piedras ni intentan aproximarse a ellas. De hecho, la gente huye de estos roedores tan grandes que recuerdan a un conejito. Su comportamiento es de sentirse impunes ante cualquier otro ser... Lo que demuestran su desconocimiento de las garzas reales (Ardea cinerea), la única especie que puede depredar en Barcelona ratas de gran tamaño, como ya he presenciado en el parc de Diagonal Mar o en los espigones del Forum. A pesar de estas capturas, la población no puede minorar por la mismas.
lunes, 21 de octubre de 2019
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