Ayer por la tarde, me di una vuelta por Diagonal Mar. buscando la abubilla, vista por la mañana. Pero no la vi, como era de prever. Las aves de comportamiento terrestre poco duran en la zona, por la presión de tanto ciudadano y perro. Perros que siguen estando sueltos por todo el parc, sin ningún tipo de control, a pesar de las prohibiciones municipales que no hace respetar el propio Ajuntament. Dicho esto, había un aumento significativo de 193 gaviotas reidoras (Larus ridibundus), cantidades que en años anteriores habían arribado un mes antes. También 53 ánades reales (Anas platyrhynchos), 3 pollas de agua (Gallinula chloropus), 3 garcetas comunes (Egretta garzetta) y una garza real (Ardea cinerea) posada. Esta última parece haberle cogido cariño al parc y se va observando casi todas las tardes, e incluso por la mañana. Y cerca de la vegetación palustre, comenzó el show con un plato fuerte. Una oropendola (Oriolus oriolus) pasó volando a escasos 5 metros de mi posición y a unos 3 metros de altura. ocultándose en un álamo cercano. A pesar de invertir casi 10 minutos en localizarla, me fue imposible. Ya conocemos los ornitólogos que posadas en chopos y afines es casi imposible verlas a pesar de sus notorios colores. Se trata de la segunda observación postnupcial en la historia del parc y la primera en un mes de agosto. Buscándola y buscándola, lo que sí localicé fue a un papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) en el mismo álamo. Una muy temprana observación que en fenología coincide en fecha con la segunda más temprana en la historia del parc. El papamoscas se quedó allí a lo suyo, capturar insectos (proteina) y me fijé en la zona de la higuera donde vi un pequeño grupo de migrantes, todos concentrados en capturar insectos. Al acercarme, lo primero que detecté fue un segundo papamos cerrojillo, más un bandito de mosquiteros. Destacaban los mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus), algunos de potente coloración limón (jóvenes) y otros de más pálidos (adultos), al menos 3. Y entre ellos, alimentándose también un mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli). Curiosamente, para el papialbo, se trata de la fecha más tardía de paso postnupcial registrada en la historia del parc, una especie que concentra su paso en julio y principios de agosto. Lo que no me esperaba yo encontrar, entre los mosquiteros, imitando su forma de capturar insectos fue una curruca de buen tamaño. Nada más la intuí pensé en un curruca mirlona (Sylvia hortensis) por la forma de moverse y su volumen corpóreo. Pero el ave se mostraba mucho más desconfiada que los mosquiteros y opté por alejarme bastante y relajar su comportamiento. La idea funcionó y el ave, al final se dejó ver. Se trataba de un joven (ojo negro) que, efectivamente, parecía imitar a los mosquiteros a la hora de capturar alimento. Se trata de la segunda observación de la especie en periodo postreproductor y la primera a la más temprana a nivel fenológico. Viendo la concentración este punto de migrantes, me quedé un rato a disfrutar de ellos. Y más tarde me di una vuelta por la zona de pineda, donde localicé a los residentes carboneros garrapinos (Parus ater). En otro árbol, vi un cuerpecillo alimentándose muy bajo que al verse sorprendido comenzó a dar saltitos un poco torpes hasta alcanzar altura de seguridad. Se trataba de un macho joven de curruca capirotada (Sylvia atricapilla), convirtiéndose en la observación más temprana postnupcial en la historia del parc. Con posterioridad, me trasladé a la zona del estanque seco, donde la presencia de aves se ha hundido por culpa de la nefasta gestión y abandono del Ajuntament. Y allí, en un palo, localicé posado a un colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) que ya perdía su plumaje reproductor. Se trata también de la observación más temprana en la historia del parc para esta especie que pasa en septiembre y algunos días de octubre. Y para acabar en la zona de influencia, localización de un bando de 6 aratingas de cabeza azul (Aratinga acuticaudata) alimentándose del interior de las semillas del almez. Es evidente que la aparición de este bando tan importante de migrantes, en fechas de agosto, lo que no es habitual, ha ampliado datos de la fenología del parc.
