Hace unos cuántos años, el Ajuntament de Barcelona sustituyó la cruenta caza de palomas por el control de la nicarbacina. Consiste en colocar dispensadores de comida impregnada con este anticonceptivo. En el caso de la plaza Catalunya hay varios. Pero el vídeo no miente. Este sistema no funciona. Cada vez hay más palomas. Tantas, que estos días las gaviotas patiamarillas en más de un centenar se concentran a primera hora ante tanta carne. El peligro de la nicarbacina es que puede transmitirse a otras especies urbanas como las grajillas o cualquiera otra que se alimente de esta comida. O acumularse en depredadores de las mismas palomas, como las rapaces. Por eso entidades conservacionistas o empeesas de servicios ambientales se opusieron a esta medida que ahora, visto el video no sirve para mucho.
viernes, 6 de agosto de 2021
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario