Ayer por la tarde tenía que atravesar el parc de la Marbella y llevé prismáticos en ristre. Por la mañana había visto bastantes migrantes en la plaça Catalunya y a pesar de la frecuentación de la Marbella, siempre te quedan algunas esperanzas de llevarte alguna sopresa. Ya al final de la Rambla de Poble Nou volaban 6 aviones comunes (Delichon urbica) y 2 golondrinas comunes (Hirundo rustica). Llegando a los pirmeros pinos, aparecía un colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) que se ocultaba entre las acículas. Cantaban en dos lugares diferentes mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus), como queriendo insistir en esta presencia tan abundante esta primavera. Cercano a la posición de la buscarla pintoja del año pasado, aparece un carricero común (Acrocephalus scirpaceus) al que observo algo descubierto. Sintiéndose observado, me mira dubitativo y busca con un par de saltitos mayor protección entre la escasa vegetación. Cabe decir que la zona ha perdido cobertura herbácea de forma notoria, en comparación con el año pasado, cuando observé a la buscarla. Parece segada hace poco, pero buena parte del terreno ha sufrido erosión por la excesiva frecuentación humana. En un pino más cercano al pipi-can, localizo a un macho de curruca zarcera (Sylvia communis) cantando. Y pocas aves más, constatando la poca presencia de gorriones comunes (Passer domesticus). Ya cuando abandonaba el parc y habiendo cruzado la circulación, en un parterre cercano a la pista de skate, y por donde transitaba bastante gente, me percaté que había una preciosa tórtola común (Streptopelia turtur) comiendo semillas de gramíneas dispersas en el césped. Su necesidad de alimento, y quizás cansancio era tan prioritaria que la gente pasaba a menos de 10 metros y laa ignoraba. Cuando todos sabemos que suele tratarse de una especie poco confiada. De hecho, le puede hacer est foto con mi móvil de vetusta cámara y generación.
jueves, 4 de mayo de 2017
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