El aire ya no es cálido. Los petirrojos aumentan en presencia y las libélulas son ya casi excepción. A pesar que el otoño llega, aún localizo a un papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) escondido entre el ramaje de un alcornoque. Y a un colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) que se mueve muy rastrero por la zona de los juegos. Quizás sean los últimos de este año. Ya veremos. En el lago, más de 2 centenares de reidoras (Larus ridibundus), una de origen polaco, habitual estas semanas. Y se recupera algo la cantidad de patiamarillas. Los dos martines pescadores (Alcedo atthis) siguen en el parc y aparece un grupo de una decena de estorninos pintos (Sturnus vulgaris).
sábado, 1 de octubre de 2022
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