Nuestro amigo José Molis localizó ayer poaada en una farola del parc a una carokina (Nymphicus hollandicus). Nada más posarse fue repelida por un par de urracas (Pica pica) que la hicieron volar. Se trata de la especie número 172, escapada de cautividad o liberada. En un espacio urbano estas aves no suelen durar mucho. O son recapturadas o mueren. Pero es interesante dejar constancia de su presencia por múltiples motivos. Pueden interaccionar con especies autòctonas, incluso transmitiendo enfermedades zoonóticas. Existe el riesgo de asilvestramiento y posible y futura reproducción. Ya conocemos lo que ha ocurrido con los psitácidos. O con los últimos periquitos azules (Melopsittacus undulatus), uno, macho y la otra posterior hembra. La existencia además de un comedero puesto cerca de la caseta de jardineros podrìa favorecer su mantenimiento en libertad.
sábado, 22 de octubre de 2022
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