Después de unos años iniciales de mantenimiento de estos espacios, donde se deja crecer la vegetación espontánea (son 3 lomas en todo el parc), los mismos eran dejados crecer libres coincidiendo con el paso migratorio de las aves transaharianas. Siempre insisto que las mismas están protegidas por la UE. Desafortunadamente, esto no estaba ocurriendo en, como mínimo, el último año, siendo segados en pleno paso. Estas lomas biodiversas premiten el crecimiento de plantas espontáneas que a su vez atraen a insectos. Insectos por otra parte inócuos para el ser humano, en la gran mayoría de casos. Estos pequeños insectos, no son pasivos. Algunos como los himenópteros polinizan nuestras flores, haciéndolas fructificar. Muchas de ellas son polillas y pequeñas mariposas que a la vez son el sustento de otros artrópodos depredadores como las libélulas o las moscas asesinas. También en alguna ocasión hemos encontrado grandes arañas como la tigre, del género Argiope. Es decir, sin hacer nada, se crea un pequeño universo que culmina con la presencia de aves insectívoras que se alimentan de todos ellos. Este septiembre se han aprovechado, alimentándose directamente sobre estas lomas las siguientes especies. Papamoscas gris, papamoscas cerrojillo, colirrojo real y curruca carrasqueña. La presencia de insectos también ha favorecido el éxito reproductor del gorrión molinero. Afortunadamente, este año se mantuvo una conversación con el gestor de parcs i jardins, explicando todo esto. Y hasta fecha de hoy, no se han segado. Al final, los jardineros son los que trabajan a pie de parque y son los que conocen mejor la realidad. Alguien se debería plantear que desde los despachos, en la lejanía, no se puede gestionar la biodiversidad.
viernes, 7 de octubre de 2022
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