Una vez pasados los efectos de la terrible borrasca Gloria, era momento puntual de conocer cuantos nidos quedaban adosados a las ventanas del Banc de Sang, una de las colonias actualmente más importantes de Barcelona. Pues, afortunadamente, los daños ocasionados han sido relativos y sumando a las desapariciones de nidos de meses anteriores, la colonia mantiene un 80% de los nidos construidos el año pasado. Una buena noticia, ya que el crecimiento de la misma depende de que a la llegada de los primeros ejemplares, éstos no tengan que invertir en la construcción de un nido. Por otra parte, los nidos existentes en passeig Calvell, un edificio turístico y que fue visitado informativamente por los Agents Rurals, se mantienen en su sitio, de lo que se prevee que pueda seguir aumentando esta colonia que hace de conexión entre la primigenia de los edificios Tupolev del final de la rambla de Poblenou y la del Banc de Sang. Además, l'Ajuntament instaló acertadamente un punto de barro anexo a la rambla, una necesidad para estas aves ya que les cuesta en un ambiente urbanizado el encontrar barro. De todas esta información, se desprenden varias conclusiones.
1ª) La presencia y aumento de aviones comunes depende casi en exclusiva a que puedan encontrar espacios donde poder criar y a que los nidos ya construidos no sean luego (o mucho peor, durante) derribados por la mano del hombre.
2º) El aumento de nidos y aves no se puede atribuir, como han hecho algunos responsables políticos a un aumento en el número de insectos por una política de disminución de plaguicidas. Es bien cierto, casi obligatorio que debemos erradicar el uso de plaguicidas, pero en la zona de estudio no han existido ni transformaciones urbanísticas ni ambientales en los últimos años. Es decir, no ha habido cambios sustanciales.
3º) Si no queremos utilizar plaguicidas en Poblenou, debemos antes adelantarnos a lo que pasa todos los años con las plagas de los tigres de los plataneros. Es decir, actuar en aquel arbolado, de forma preventiva y selectiva, ya, no cuando es una gran problema para los vecinos. Porque entonces, parece que la única solución es fumigar... Todo un contrasentido con esta política de biodiversidad.
4º) Cuando en una colonia de estas dimensiones y habiendo sufrido en primera línea de litoral, los efectos devastadores de la borrasca Gloria, solo se pierde una parte pequeña de los nidos, es evidente que las caidas de nidos en edificios donde se asienta esta especie no se pueden atribuir alegremente a condiciones meteorológicas. Esta es la justificación habitual esgrimida por mucha gente que tira los nidos abajo y que como todos sabemos o deberíamos saber puede costituir una infracción administrativa o incluso un delito.
Dicho todo esto, los aviones acomunes son unos seres maravillosos, de poco peso y que llegan volando desde miles de kilómetros para criar en nuestras casas... Esto por el momento, porque hace pocos días observé en Santa Pola a 3 ejemplares de estas especie que al atardecer de enero, en plena borrasca Gloria se guarecían en su nido de barro a pasar la noche... Y el año pasado ya se recogía en diferentes noticias sus intentos de cría en enero en Extermadura. Quizás esos nidos de barro, se conviertan en residencias no tan temporales de aves que decidan no migrar gracias o por desgracia al cambio climático...
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