Llevamos unos cuantos días disfrutando de la presencia de un joven de garza real (Ardea cinerea). El ave se alimenta de gambusias y se mueve cerca de la garceta común (Egretta garzetta) que hace lo mismo. Esta situación permite que el paseante disfrute de un ave de gran tamaño a escasos metros. Es decir, como ocurría en el 2006, cuando varios ejemplares acudían a pescar desde el Zoo. Está muy "bonito" eso de proteger a las aves en espacios de una ciudad y a la vez expulsarlas de otras... Es lo que ocurre en Barcelona. Sea porque se va a vaciar el lago o sea porque el Ajuntament coloca rampas para que bajen los perros sueltos... Porque las personas que llevan los perros atados, con educación y cumpliendo la normativa del parc, se ven recompensadas con poder disfrutar también con el espectáculo de disfrutar de laa aves.
sábado, 4 de enero de 2020
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