En el día soleado de ayer, al menos por la mañana, confirmo una noche más que las urracas no duermen en su nido, protegiendo así sus supuestos nidos. Con anterioridad sí que la supuesta hembra habría protegido incubando esos nidos para protegerlos de la lluvia. Pero finalizada ésta, los huevos de noche no son protegidos. Eso sí, se muestran más activas en el nido. La supuesta hembra sí que está un buen rato incubando, mientras el macho la vista en dos ocasiones para ofrecerle algún alimento, aunque en poca cuantía. Parecen más pautas de fortalecimiento de la pareja. El macho picotea la cola de la hembra y luego su dorso como intentando que se mueva en el nido. La hembra se sale del nido El macho se posa en el nido, en el que la parte superior techada ha desaparecido por posarse las dos a la vez. La hembra sale del cubículo y se queda junto al mismo, mientras el macho se muestra dubitativo. Le cuesta entrar a incubar como si no fuera con él. Al final accede el macho a incubar pero pasados apenas dos minutos abandona el nido para atacar a una paloma doméstica. Tres ataques cuento sobre palomas, intentando las urracas que las palomas se marchen de la calle. Curioso de nuevo... el macho vuelve a volar a las ventanas reflectante del hotel y se vuelve a pelear con su reflejo. Curioso porque siendo un ave urbana debería conocer estos reflejos y siendo un córvido aún más, ya que los tenemos por las aves más inteligentes.
miércoles, 15 de abril de 2020
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