La pata, no marchó del parc. Se dejó querer por el macho que la seguía por todas partes. Primero deambuló, buscando un lugar de puesta por el lago... Pero, con el bajo nivel de agua, que no cubre las pasarelas de cemento, no se atrevió a elegir este lugar, quizás el mejor.... Debería ver la pata preocupada como estas pasarelas son utilizadas a diario por jóvenes a pie o en bici... Recordemos que estas pasarelas deben de estar inundadas y mientras no lo estén, seguirán siendo utilizadas como si de paseos se trataran... Luego, la pata, seguida por el macho, se fue al estanque, donde tampoco se atrevió a poner.. Aquí ya hay otros motivos, pero me los guardo. Y al final, la pata "parecía haberse quitado de enmedio"... El macho voló... Quizás porque no consiguió aquello que buscaba o quizás porque sí que lo consiguió... El caso es que la zona de juegos, donde había críado por 1era vez y entonces vallada, ya estaba abierta... Aunque muy poco utilizada es, por el momento... Por eso, se me ocurrió echar un vistazo, porque en ocasiones, el éxito del nido atrae de nuevo a la hembra...
Y allí estaba la pata, tan pancha, echada, con sus huevos, a mano de cualquier desaprensivo, animal o humano... Ante estos casos, soy estrictamente fundamentalista. No hay que indicar en ningún medio la ubicación de ningún nido y/o pollitos y mucho menos en una ciudad. Publicitar su presencia es apuntar al desastre. Se hace en ocasiones por desconocimiento o por intereses económicos o publicitarios. Pero hay que dejar claro un aspecto. El día que la pata decide poner sus huevos en el mismo sitio, los condena. Y esto ocurre por la la deficiente gestión, desde hace años, del nivel de agua del parc. Mientras no se restablezcan los niveles originales, no podrán volver a criar las aves acuáticas y este será un parc diseñado por un arquitecto de renombre mundial, pero gestionado con una política y un saber administrativo muy alejado de ciudades como París, a la que parece que queremos semejarnos ambientalmente. Este es el gran problema de la pata...
Volviendo al tema, la pata hizo su trabajo y un martes por la tarde, comenzaron a oirse los pollitos... El miércoles ya habían salido y como si de una novela de García Márquez se tratara ("Crónica de una muerte anunciada") los patitos comenzaron a morir en la balsa. Ya daba lo mismo que se pusieran rampas para que salieran... La pregunta es donde saldrían... Nadie salta d eun 5º piso si los bomberos no han puesto una buena lona hinchable... Por cierto, las rampas sirven también para que otros animales bajen... Algunos vecinos se acercaron preocupados. Un señor, ya mayor, jubilado, me comentaba con acierto... "Pobres. ahí están ya muertos"... Nuestra amiga Eva Gimeno, se pasaba en varias ocasiones... Constataba el esfuerzo bienintencionado pero inútil de algunos vecinos de poner medios.... El domingo ya solo quedaban 3 pollos con la hembra.... Y la hembra, muy estresada, abandonaba a los pollos saliendo del agua... Mala señal... Quizás demasiada gente, atraída también por divulgar la noticia por redes sociales... El 18 de junio Eva se encuentra, sorprendentemente, a la hembra en el lago con un pollo y a 2 pollos solos en la balse donde habían nacido. Todo apunta a una traslocación humana mal realizada, ya que sí se hace debe de llevarse a toda la pollada. El 19 de junio Eva ve 1 solo pollo en la balsa y a la hembra con el otro pollo en el lago. Observa como adolescentes se pasean festivos por toda la pasarela... Y ayer, la pata yace inmóvl, de nuevo triste, sobre la pasarela de cemento, sin pollo alguno observado... Este es el fin de una triste historia que, insisto, debemos recordar que comienza con la deficiente gestión de nivel de agua del lago que no cubre las pasarelas de cemento, lo que impide, desde hace años, que las aves acuáticas críen.... Me acuerdo ahora, del parc de Bercy en Paris, donde las pollas de agua permiten a las personas casi dar de comer a sus pollos recién nacidos. Esto, aquí sería un suicidio.
Mientras no se eleve el nivel de agua y se inunde por encima de las pasarelas, en este parc no hay nada qué hacer.
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