Ser animal y vivir en Barcelona es una epopeya... Hubo una vez una pata que decidió, tras las insistencias de un bello y verdoso macho procrear... Invertir en aquello que los científicos llamamos reproducción. pero que para una madre, sea pata o no, supone un esfuerzo biológico importante y una inversión emocional notoria... Por eso, la pata decidió poner sus huevos en un lugar "seguro", la zona de juegos del parc que ahora está siendo reformada y se encontraba vallada, protegiendo de personas y perros sueltos... Y la pata acertó, al menos en lo que es la ubicación del nido. Una madre sabe bien lo que hace, aunque no pudo controlar ciertas situaciones. Y quiere lo mejor para sus pollitos... Nada más salir del cascarón es obligación de cualquier pato buscar el agua más cercana, un instinto que rodea a los pollitos de un elemento que supone un cierto grado de protección. Pero las balsas que hay junto a la zona de juegos no están diseñadas para que críen los patos. La pata crió allí porque no pudo criar en ninguna parte del parc, por las circunstancias dadas en los últimos meses, más el vaciado del lago. Y esa balsa se convirió en una trampa, ya que la misma no tiene rampas de donde salir u otros accesos. Por eso, algunos vecinos cercanos comenzaron a realizar guardias en el lugar ante la evidente exposición de los patitos y las continuas visitas de personas que acudían, iban o venían de la fira d'Abril. Unos vecinos consiguieron ponerse en contacto con el distrcite de Sant marti, donde un resposnable político les aseguró que mandarían a alguien... Pero no enviaron a nadie... Y el domingo aparecieron los 2 primeros pollitos muertos.... Y después, desaparecieron los restantes... Por eso, en la foto, la pata parece esconder sus lágrimas, descansa triste y compungida en el estanque, el lugar donde debería haber criado quizás.... Ayer el macho la seguía por el lago, mientras ésta parecía mirar la zona de cipreses de pantano, donde ahora hay agua. Luego se asentó en el estanque, donde descansaba, quizás reflexionando que era lo que había hecho mal. No, amiga pata, no es tu intención, ni eres mala madre, es esta ciudad y este mundo al que no le importan tus lágrimas y donde a pesar de nuestra civiliación no somos lo suficientemente sensibles en nuestra administraciones de querer actuar ante estas situaciones. Por eso, quizás, no haya patos casi en toda Barcelona. Y una ciudad con jardines y donde no pueden criar los patos, no es una ciudad que pueda colgarse ninguna medalle sobre medio ambiente...
sábado, 4 de mayo de 2019
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