Cuando te informas sobre los comportamientos de algunas aves poco habituales, sea leyendo guías o hablando con otros ornitólogos te puedes hacer una idea de como y donde observar una especie. Pero hasta que no la detectas no adquieres tu propio conocimiento e idea de donde encontrarlas. Es el caso del mosquitero bilistado (Phylloscopus inornatus). Hasta el año pasado, no había observado a esta especie. Y fue en el parc de Diagonal Mar donde lo localicé por primera vez. Aunque de forma muy breve, apenas unos segundos. El ave estaba alimentándose en las hojas más bajas, externas y aéreas de los álamos blancos y al sentirse observada voló a la copa y no la puede volver a ver... Me quedé entonces con la idea extendida que esta especie se movía por las copas más aéreas... Pero con posterioridad pude disfrutar del ave observada en el parc de la Ciutadella... Y este ejemplar, se movía capturando insectos por ramas desscubiertas y más elevadas de otro árbol. En ese caso, caminaba rápido por las ramas, volaba muy poco y cuando se desplazaba, lo hacia con saltos... Mantenía siempre una postura agachada, muy característica... manteniendo su cuerpo pegado a los troncos... Cabe decir que este ave de la Ciutadella, al menos en mis observaciones, mantenía un curioso patrón temporal. Si el observador, como fue mi caso, iba a primera hora de la mañana (fui 3 o 4 veces) no aparecía. Era cuando daba el sol sobre la copa, cuando el ave llegaba sobre las 10h30' o 11h00', lo que me hizo pensar en que quizás estas aves, como otras insectívoras, recorren puntos específicos de alimentación en función de la temperatura de los mismos y probablemente por la presencia más activa de inscetos en los mismos. Es decir, pueden tener patrones horarios en función de la insolación...
En la observación detallada de 1 ejemplar de hace escasos días en el parc de Diagonal Mar, el ave fue localizada de nuevo, en las ramas más aéreas y externas de los alamos blancos... pero de nuevo en la zona más baja del árbol, de forma habitual en las hojas más expuestas. Allí picoteaba el envés de las hojas de forma repetida y rápida, desde la misma posición. El ave, a pesar de estar teóricamente expuesta, era poco observable, ya que su reducido tamaño es suficiente en ocasiones para ser ocultado por las mismas hojas. Así lo que se observa, de forma general, es una minúscula ave, más pequeña y delgada que un mosquitero, que está detrás de unas hojas y que repite el picoteo sobre las mismas, lo que hace mover mínimamente, en menor intensidad que los mosquiteros, esas mismas hojas.
Por lo tanto, al bilistado, al menos en este espacio y ambiente de chopos, para poder verlo bien, hay que fijarse en movimientos pequeños de las hojas, donde no se pueda observar el ave, eso sí, aprovechando la ausencia de viento, ya que el mismo dificulta el localizarlo....
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