El parc de Diagonal Mar se caracteriza, desde su apertura, por atraer a diferentes especies de garzas. Y no cabe duda que su presencia se haya directamente relacionada con la existencia de la colonia de cría del Zoo de Barcelona. Los movimientos diarios desde la misma hacia la cuenca del Besòs en busca de alimento son el motivo de su observación. Tanto de ida al amanecer, como de vuelta al atardecer. Y, cada vez más ocasionalmente, con su asentamiento diario en busca de recursos tróficos.
Podemos establecer 2 periodos de tiempo en la historia del parc. Uno, comprendido del 2002 al 2006, donde la observación correspondía a más ejemplares asentados a diario. Dos factores fundamentales, fueron en ese periodo, la prohibición de acceso a pie por parte de los ciudadanos a diferentes zonas del parc, reguladas por guardas. Hoy en día se puede acceder a todo espacio y no hay guardería específica. Tal situación ha dotado de falta de tranquilidad a estos espacios, donde algunas especies como la garcilla bueyera (Bubulcas ibis) se posaban habitualmente en busca de alimento. El segundo factor se concreta en la desaparición, a partir del 2006, de la ictiofauna de mediano-gran tamaño. Las limpiezas regulares del fondo del lago acometidas anualmente en enero-febrero, suponen la retirada de los peces, lo que limita enormemente la presencia de la garza real (Ardea cinerea). Citadas situaciones han supuesto una disminución notable de presencia de Ardea cinerea, que queda circunscrita a algún ejemplar que se adapta a capturar gambusias en periodo de mayor tranquilidad, incluido el nocturno. En cuanto a la bueyera, abandonada la zona como recurso trófico, la observación posada de la misma se concreta en aquellos ejemplares que bajan regularmente a beber agua al atardecer y provinientes de la cuenca del Besòs.
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