Ayer me quedé estupefacto... La zona de vegetación espontánea que había cercana a Garcia Faria ha sido segada al cero. Ver foto. Una zona que mantenia esa vegetación y que llevaba dando alimento a fringílidos como los jilgueros (Carduelis carduelis) y verdecillos (Serinus serinus), gracias al crecimiento de dientes de león y otras gramíneas. Más pequeños insectívoros de paso, como mosquiteros (Phylloscopus). Esperaba localizar ahí ahora con la migraciòn, nuevos migrantes. Y su localización es estratégica ya que podría facilitar la conexión entre la línea de tarays de Garcia Faria y el parc a las aves agotadas que llegan a costa. Pues van y lo siegan... Y tan panchos. Ya se sabe que la vegetación espontánea molesta. En teoría y como se observa, éste es un parque para la biodiverdad, refugio declarado por el propio Ajuntament. Pero en ocasiones, es el propio ajuntament el primer agresor contra el medio. Por falta de formación e información. Aquí, lo han tenido fácil. Se han encontrado un señor que se ha pagado un libro, de un estudio y seguimiento que les hubiera costado miles y miles de euros en una de esas empresas ambientales que colaboran gustosamente con ellos. Han colocado unos rótulos y tiramos para delante con nuestra publicidad. Yo seguiré siendo crítico constructivo y esperando, después de tantos años, que el técnico encargado tenga la gallardía de contactar conmigo. Eso si, asesoramiento, gratis, una palabra compleja para ellos de gestionar. No me extraña que ahora se centren en una campaña para gestionar los escocells en la ciudad. Parece que cualquier otra dimensión superior al metro cuadrado, no es gestionable en biodiversidad, según la imagen.
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