Es habitual que en el lago del parc, tras una tormenta se posen ánades reales (Anas platyrhynchos) que quizás se vean sorprendidos por la impetuosidad de la precipitación. Ayer pude contabilizar 46 ejemplares, machos en eclipse, hembras y jóvenes del año. Poco, estos últimos. No es una cantidad que destaque si la comparamos con los últimos años. En ocasiones se han posado hasta 100... Y quizás denote el descenso de estas aves en la conurbación de Barcelona. No en Barcelona, donde apenas crían. Que sepamos este año, lo ha intentaod una hembra en Diagonal Mar. Dos puestas, 16 pollos, todos muertos. Lo ha conseguido otra hembra en el Rec Comtal y luego están las parejas de la Ciutadella, que algo consiguen pero con un bajo índice reproductor. Esta situación es un claro ejemplo del bienestar que generamos en los parques. Insisto en comparar con París, por donde yo estaba en estas fechas viendo en los parques todo tipo de puestas. No creo que allí se le ocurra meter a nadie una excavadora municipal en un lago lleno de patitos. Aquí no pasa nada... A no ser que te dejen de votar... Y eso tiene su peso...
Por otra parte, 39 gaviotas reidoras (Larus ridibundus) todas adultas y ya una de ellas perdiendo la caperuza. También una garcilla bueyera (Bubulcus ibis) a lo suyo, buscar lagartijas y libélulas entre los forjados oxidados del parc. Y una garceta común (Egretta garzetta) a lo mismo, en en la pasarelas de cemento que siguen sin ser inundadas.
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