Hace ya unas semanas, acompañado de nuestro amigo Jordi Cebrian, pudimos observar un hecho curioso en el parc de Diagonal Mar. Unas personas echaban pan a las palomas que se arremolinaban junto a ellas. Eran acompañadas de media docena de gaviotas reidoras (Larus ridibundus) y, curiosamente de un adulto de gaviota cabecinegra (L. melanocephalus). Y lo denomino curioso porque esta especie de gaviota, al menos en este parc, no es nada frecuente que se alimente de nada y mucho menos de pan que lanza la gente. Pero ya se sabe, algunos ejemplares de especies no tan urbanas son lo suficientemente avispados para aprender como obtener recursos alimenticios no habituales y generalmente por mera imitación, en este caso de otras gaviotas... Lo que puede parecer, en un primer momento, positivo y favorecedor para esta ejemplar o la especie que adopta estos nuevos comportamientos, puede que no lo sea tanto...
En el revuelo originado entre palomas y gaviotas detectamos por unos momentos una mosca en el plumaje de la cabecinegra (ver foto aumentada) que rápidamente se introdujo bajo su plumaje...
La imagen parece corresponder a la conocida como mosca de las palomas, la Pseudolynchia, un mal bicho parásito de sangre que vive en las mismas y de difícil erradicación. De hecho, puede transmitir hasta la salmonelosis en personas... Se trata de una mosca de morfología plana y que según la variada bibliografía que he podido encontrar se ha encontrado en aves carroñeras como el cuervo o depredadoras como algunas rapaces. Es evidente el pensar que cuando una paloma es capturada o carroñeada, las moscas, conocedoras del cada vez escaso flujo sanguíneo del ave muerta, "migran" a cualquier ser cercano, en este caso el que se alimenta del cadáver de la paloma. Pero no he encontrado que esta mosca se haya localizado en esta especie de gaviota, quizás probabelmente a que no es habitual que se relacione con las palomas domésticas. La intrusión en el cuerpo de este adulto puede conllevar situaciones futuras insospechadas. Quizás la mosca no se encuentre a gusto y abandone a la gaviota, aunque también es probable que se quede en ella y dentro de unos meses, cuando la gaviota llegue a sus zonas de cría puede extenderse de forma más fácil entre sus poblaciones reproductoras... De ahí quizás la importancia en algunos parques urbanos, donde las aves urbanas se juntan con las silvestres de mantener poblaciones de palomas domésticas controladas. Eso si, la nicarbacina, no creo que lo vaya a conseguir. Por cierto, es de suponer que estas moscas sean habituales en los cuerpos de las gaviotas patiamarillas que limitan la población de palomas en Barcelona...
1 comentario:
Magnífico ejercicio de Ornitología urbana.
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