Hace pocos días intervenía en un programa radiofónico de Betvé hablando sobre la gaviota patiamarilla (Laris michahellis). La intervención surgía de un estudio, ya comentado en este blog, por lo que estas gaviotas podían extender o no bacterias E. coli resistentes a los antibióticos. ¿Pero es esta una especie perniciosa para el hombre?. Evidentemente si pudiera expandir una pandemia, nadie lo dudaría, pero no parece el caso. Las gaviotas se asentaron en Barcelona a comienzos de los 80, atraídas por nuestros desperdicios. Y se abrazaron a una rica dieta de proteinas, basada en la captura de palomas domésticas. Palomas domésticas de una superpoblación también basada en gran cantidad de desperdicios y comida que encuentran en nuestras calles. Dicho esto, es evidente que si no queremos tantas gaviotas, palomas, cotorras y demás bichos vivientes, es fácil. Controlemos nuestros desperdicios, eduquemos a la sociedad desde las instituciones y las poblaciones disminuirán progresivamente. Pero en el caso de la gaviota y contestando a la pregunta anterior, eso sí, haciendo "apología gaviotil", lo que si es cierto es que la gran cantidad de palomas que capturan supone una merma en sus poblaciones y la eliminación de ejemplares enfermos, siendo en esta caso beneficiosa para la ciudad. O como en el caso del jueves por la mañana, donde con mi hijo presencié como una gaviota recogía el cadáver de una rata (Rattus norvegicus) aplastada por un coche, también eliminan cadáveres de estos roedores. Y estoy totalmente seguro que a la ciudadanía le gusta más ver una gaviota volando que una rata merodenado por la calle....
sábado, 18 de febrero de 2017
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