Esta misma tarde, he podido localizar un carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus) en la zona de los cedros de pantano. El ave se había bañado y ha volado nada más verme. Me he quedado entonces con la duda (aunque el tamaño ya era observado como de tordal) ya que por lo plomizo de la tarde no había buena visibilidad. Ha abandonado así esta zona y durante un buen rato no lo he podido ver. Pero he tenido suerte y cuando estaba yo escudriñando una encina que ha sido valiosa, el ave, un macho ha comenzado a cantar. Y no desde la zona de los cipreses si no desde el sotobosque que hay los álamos blancos. Una interesante observación que sube ya a 147 las especies vistas en el parc y de una especie excepcional en una gran ciudad como Barcelona, carente de zonas húmedas.
martes, 10 de mayo de 2016
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