El lago está prácticamente vacío y las excavadoras han bajado al cemento a recoger los barros que se depositan. Esta situación provoca que la mayoría de gaviotas no se encuentren presentes, a excepción de 13 gaviotas reidoras (Larus ridibundus). Ahora bien en los charcos, vida hay. En la parte central se puede observar un adulto de garza real (Ardea cinerea) con anilla PVC amarilla no legible por el desgaste de la misma. Y junto a ella en una jaula que queda al descubierto, una hembra de martín pescador (Alcedo atthis) que captura todavía alguna gambusia. En otro charco mas cercano 5 garcetas comunes (Egretta garzetta) capturan gambusias, marcándose el territorio. Y una solitaria polla de agua (Gallinulña chloropus) joven sale al descubierto. Ya podemos concluir en estos momentos que solo existe este ejemplar ya que Parc i Jardins aprovecha la ocasión para segar la vegetación acuática donde se protegían. El barro acumulado y las orillas de las pocas aguas son reclamo para un mínimo de 13 lavanderas blancas (Motacilla blanca) y 1 cascadeña (M. cinerea) que se alimentan en los mismos. Otro pequeño charco sobre el cemento atrae a una docena de estorninos pintos (Sturnus vulgaris) que se bañan. Y es que el agua se convierte con esta repentina sequía en bien escaso y los pajarillos que acudían a la vegetación acuática se ven obligados a utilizar un charco al descubierto en el césped, junto las higueras. Allí llego a contar hasta 7 mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) juntos que van siendo expulsdaos por un mito (Aegithalos caudatus) que se quiere bañar solo. Hasta 3 de ellos cuento en la zona. También bajan a bañarse varios herrerillos comunes (Parus caeruleus), un reyezuelo listado (Regulus ignicapillus) y un macho de verdecillo (Serinus serinus). Y es que pasarán días hasta que no tengan de nuevo agua en abundancia...
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