El gorrión molinero (Passer montanus) es un pajarillo, muy similar en forma al más común de nuestros gorriones (Passer domesticus). Es algo más pequeño, con el píleo marrón y con una característica mancha negra en su mejilla blanca. Suele definirse como un gorrión rural, asociado a cultivos. Por tal motivo su presencia es escasa en Barcelona Ciudad y se encuentra asociada a espacios no excesivamente urbanizados. No obstante, haberlos haylos...
Su situación en Barcelona, según mis propias observaciones se centra en Montjuic, La Verneda, el Parc de la Ciutadella y la desembocadura del Besòs. Cercano al Parc, donde ahora se encuentra el CEIP Fluvià, se reprodujo hasta la demolición de unos edificios antiguos. Posteriomente, hará más de un año localicé una pareja cercana a la C/ Prim.
Pues bien, para mi sorpresa, lo localicé ayer criando en zona cercana al Parc, en una pequeña oquedad. Y es que este gorrioncillo, todo y ser cada vez más escaso, puede pasarnos desapercibidos a muchos naturalistas que pecamos de no fijarnos en esos bandos de gorriones (por cierto, cada vez más escasos) que pululan por nuestras calles cada vez más cementadas… A ver si consigo inmortalizarlo, y os presento a estos valientes irreductibles. Eso sí, sin que se observe donde crían. Hay que dejarlos tranquilos...
Su situación en Barcelona, según mis propias observaciones se centra en Montjuic, La Verneda, el Parc de la Ciutadella y la desembocadura del Besòs. Cercano al Parc, donde ahora se encuentra el CEIP Fluvià, se reprodujo hasta la demolición de unos edificios antiguos. Posteriomente, hará más de un año localicé una pareja cercana a la C/ Prim.
Pues bien, para mi sorpresa, lo localicé ayer criando en zona cercana al Parc, en una pequeña oquedad. Y es que este gorrioncillo, todo y ser cada vez más escaso, puede pasarnos desapercibidos a muchos naturalistas que pecamos de no fijarnos en esos bandos de gorriones (por cierto, cada vez más escasos) que pululan por nuestras calles cada vez más cementadas… A ver si consigo inmortalizarlo, y os presento a estos valientes irreductibles. Eso sí, sin que se observe donde crían. Hay que dejarlos tranquilos...
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