Esta cantidad de especies en invierno no está nada mal. Pocas veces se alcanza. Junto a las habituales hoy destacan una gaviota sombria (Larus fuscus) adulta posada en los tubos, el ruiseñor bastardo (Cettia Cettia) reclamando por todo su territorio, bandos de un mínimo de 120 estorninos pintos (Sturnus vulgaris) entrando a dormir y 3 aviones roqueros (Ptyonoprogne rupestris) volando casi a ras de agua. Y un primer macho de pinzón (Fringilla coelebs) que baja a beber al charco de una fuente.
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