Las fotografías que ilustran esta entrada corresponden al martes por la tarde. El lago lleva semanas medio seco y la zona de vegetación acuática está también seca. Parece que se han solventado algunos problemas que parecían crónicos como la pérdida de agua en la cubeta superior a la cascada, donde parece que ya no pierde y la del estanque naturalizado que después de 2 años casi sin agua, parece que se mantiene. Pero por contra la situación del lago, donde encontramos la mayor superficie de agua es un auténtico desastre. Llevamos desde el vaciado en el mes de febrero, durante un mes y con el inicio del paso migratorio de aves, sin observar continuidad en su llenado. Esto ha supuesto y supone un grave problema para las aves migrantes. Y no digamos par las acuáticas como la propia gaviota de auoduin. La práctica ausencia de la misma es ya un claro suspenso a esta gestión ambiental. Además sumemos la siega a cero de la vegetación en todo el perímetro del lago cercano a la zona de vegetación de los cipreses de pantano. Es este un punto crucial para las aves. Para poder guarecerse, alimentarse algunas, beber y bañarse... El martes se observaba en las mismas un elevado estrés ya que tenían que volar de los cedros, a cielo abierto, hasta la cubeta, ya que no tenían acceso a otro punto de agua. Antes descendían desde los cedros y bebían y se relacionaban en el agua al pie de esos troncos... Ahora deben realizar vuelo al descubierto de varios metros... Poniendo en riesgo su vida... Algunas que no lo tienen claro, han encontrado un charquito (menos de 2 palmos) donde bajan a beber, también muy asustadizas.... Las menos temerosas parecen los mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus), seguidos en ocasiones por las capirotadas (S. atricapilla). Pero las zarceras, observan la situación y no se atreven... como ocurre con la mosquitera. Demasiado riesgo... Y las aves aprenden, donde acudir porque se otorga seguridad y no acudir a los lugares peligrosos...
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