Hoy jueves me he dado una vuelta a primera hora por el litoral. Para comenzar, sorpresa... Un precioso y preciado ostrero (Haematopus ostralegus) estaba posado en unas piedras de un espigón, hasta que un joven de gaviota patiamarilla (Larus michahellis) ha decidido que no le gustaba su presencia... El ostrero ha volado en dirección al Port de Barcelona... En todas las rocas de espigones observadas hoy, un mínimo de 13 comoranes moñudos (Phalacrocroax aristotelis desmarestii). Por cierto, en la playa de Bogatell, la más cercana al espigón donde había un dormidero, se ha instalado un precioso cartel informativo sobre la biodiversidad de las playas de Barcelona. Como es evidente, se obvía la presencia en el espacio del cormorán y de la gaviota de audouin, especies que son sistemáticamente espantadas de esta parte del litoral y que no tienen espacios para descansar ni alimentarse... Lo que le ha ocurrido más o menos al ostrero... También, una gaviota de audouin (L. audouinii). Y en la pineda de la Marbella, un grupo familiar de 5 golondrinas comunes (Hirundo rustica), una segunda pollada de las que crían en Poblenou.
jueves, 9 de agosto de 2018
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