El jueves por la tarde dimos una vuelta con nuestro amigo Jordi Cebrian para conocer la vegetación espontánea que nace en el parc. Nos centramos en primer lugar en la zona que se ha dejado sin segar de la montaña más cercana al lago y que tan buenos resultados ha dado en cuanto a diversidad entomológica, ayudando a la alimentación de diferentes especies de aves o el asentamiento de grupos nutridos de libélulas del género Crocothemis. Allí encontramos especies botánicas generalistas que han surgido espontáneamente y habituales en espacios ruderales. Inula viscosa, Trifolium y demás que pertenecen a prados hidrófilos. Aquí, hay que decir, el prado es hidrófilo gracias al riego por aspersión. Antes de desplazarnos hasta el lago inferior, localizamos en el mayor, donde buena parte de su superficie está seca, a 2 gaviotas de audouin (Larus audouinii) y 41 jóvenes de gaviota patiamarilla (L. michahellis). Posteriormente, veremos un adulto reproductor de gaviota reidora (Larus ridibundus). Cabe decir que podemos observar como dos operarios trabajan en el lago abriendo las bocas de agua para rellenar el lago superior. Como comentaba, nos desplazamos al lago inferior, donde ya casi no queda agua. Jordi comenta lo degradado que encuentra todo el espacio y donde se desarrollan algunas especies alóctonas, existentes de forma silvestre en otros espacios naturales como el propio Delta del Llobregat. Encontramos la nativa salicaria (Lythrum salicaria) florecida y ponemos detalle en las cápsulas cerradas del Phormium tenax, esperando al deseado invierno para servir de alimento a fringílidos. Toda esta vegetación ruderal que crece espontánea en el parc es la que sustenta en bastantes ocasiones a pájaros e insectos nativos, ya que si bien algunas especies alóctonas pueden ser aprovechadas, su función es básicamente ornamental y existen especies que "tan solo hacen bonito", sin aportar nada al entorno.
sábado, 8 de julio de 2017
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