La polla de agua (Gallinula chloropus) llegó para instalarse en el parc, donde se reproduce. En los últimos años hemos pasado de una población media de 2 o 3 parejas, con poblaciones que rozaron hace ya años la veintena de ejemplares, a una aislada pareja reproductora. Cuando su situación era más boyante, podíamos ver a los pollitos de pocos días pulular cerca de la vegetación. Pero los miedos originados por el aumento notable de molestias han hecho que este año la pareja se haya guarecido en lo más profundo de la vegetación y hoy hiciera asomo de sus 2 pollos algo ya crecidos como se ven en las imágenes. Este comportamiento asustadizo demuestra la presión y molestias que sufren las pollas. A ello hay que sumar que ya hace años que no cría el ánade real. ¿Motivos?. Tan solo un ejemplo de lo acontecido hoy. He tenido que informar y convencer a dos mujeres con 5 niños que salieran del cemento que se encuentra a nivel de agua, cuando iban hacia lo zona de las pollas. Amablemente han salido. Y me he tenido que dirigir a un señor que estaba permitiendo bajar a su nieto de 5 o 6 años a la misma zona, al ver que otros niños hacían lo mismo. Para acabar ha aparecido otro individuo con sombrero que permite bañarse repetidamente al perro en la zona de las cascadas. De hecho, el perro se lo pasa muy bien y lo hace de forma refleja por lo que debe ser frecuente para él. Cuando el perro ha pasado, había un turista fotografiando con un buena cámara las gambusias que empiezan a aparecer o la tortuga de florida que había). Y el perro se ha situado junto a él y lo ha mojado al expulsar el agua de su pelaje. Tampoco es buena forma de hacer turismo y da muy mala imagen de nuestra sociedad. Pero esto es lo que hay en este parc, en el que más o menos todo el mundo hace lo que quiere, a pesar de las prohibiciones y gracias a la desatención en el mismo las tardes y fines de semana.
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