Ayer, sobre las 20h00', me di una vuelta por el parc. Ya quedaba muy poca agua y han introducido una pequeña excavadora con la intención de levantar todo el fango adherido al cemento. Adiós nutrientes... El caso es que en la oscuridad, y a pesar del poco agua un par de ánades reales (Anas platyrhynchos) se sentían seguros. Y una garza real (Ardea cinerea) reposaba en la cascada, junto a un pequeño resquicio donde quedan algunos peces... En las urbes, todo se explota... Y si no que se lo digan a esos cuatro pares de pequeños y afilados ojos felinos que brillaban en la oscuridad... Un mal presagio.
jueves, 20 de enero de 2011
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