DEATH SKY LINE:LA MUERTE SILENCIOSA...

Esta mañana me ha llamado desde el Forum, nuestro amigo Francisco y me ha comentado que ha encontrado una codorniz (Coturnix coturnix) muerta, al colisionar contra un edificio. Hemos comentado que no es el primer pájaro que encuentra y he recordado como, cuando abrieron las puertas el primer día del Forum a todos lo que pagamos esta inversión (o despilfarro, según se mire), encontré nada más entrar a un papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) muerto por el mismo motivo. Pensé en aquel momento cuantos pajarillos podrían morir gracias, (o por desgracia mejor dicho), a este nuevo sky line construido en el litoral, donde enormes edificios con cristales funcionan especialmente de noche como muros invisibles y mortales de los migrantes.

Después de esta reflexión me he ido al Parc para ver que encontraba. ¿Y sabéis que me he encontrado en la esquina de mi bloque de viviendas? Pues sí; otra codorniz (Coturnix coturnix) muerta... Esta coincidencia dramática me hace reflexionar que quizás no sean las únicas codornices en caer esta noche contra los cristales del death sky line (si alguien sabe inglés que me lo corrija que no sé...). A más de un Km. de distancia una de otra y sin buscarlas... Y no son las primeras... Sin buscar, en estos últimos años he podido encontrar -o algún amig@ como Cristina Begué me ha comunicado- muertos a martines pescadores (Alcedo atthis), zorzales comunes (Turdus philomelos), petirrojos (Erithacus rubecula). Y otros con un volar más tranquilo, han colisionado, recogiéndose, cuidándose y volviendo a ser introducidos en el medio. Hablamos de especies menos habituales como el autillo (Otus scops) o la esquiva buscarla pintoja (Locustella naevia). ¿Cuántas aves colisionan contra el death sky line?. Seguro que cientos al año o quizás miles. Se trata ésta, de una muerte silenciosa, traumática, similar en desconocida a la provocada por los venenos, que en muchas ocasiones matan pero sin dejar rastro. Aquí tan solo, quizás, el cuerpo de la avecilla sea recogido por el servicio de limpieza, sin dejar más rastro de su existencia. Un viaje, en el caso de la codorniz (Coturnix coturnix), desde África, a miles de kilómetros, para acabar muerta por el deseo de elevar torres de babel de esta mal especie llamada Homo sapiens...