El sábado por la mañana localizaba en una fuente de Sant Martí a un joven de Carbonero garrapinos (Parus ater). El tierno pajarillo, aún con comisuras notorias, parecia no controlar todavía el arte del vuelo y pretendía o beber o remojarse. La fuente estaba debajo de las gualdas mimosas y también el avecilla picoteaba el suelo. Sabemos que estás mimosas desprenden algún pulgón que atrae a otras especies de aves. El avecilla prosiguió con sus actividades hasta que un progenitor reclamó y el polluelo voló en su búsqueda a una rama más resguardada. El garrapinos colonizó con sus cantos este barrio en el 2015 en una potente expansión que llegó al año siguiente a otros barrios más litorales.
lunes, 12 de junio de 2023
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