Ayer por la tarde, pude observar un correlimos oscuro (Calidris maritima) en el espigón de la base naútica. Cuando llegué, nuestra amiga Marta Jornet lo tenía localizado en una piedra. Entre otros ornitólogos, coincidimos con nuestros amigos Jordi Cebrian y Cristian Bonsoms. Especie de aparición excepcional en el litoral mediterráneo puede pasar muy desapercibido por su plumaje críptico y sus pausados movimientos. Días antes, se había visto 1 Ej. en el port olímpic. Y en el espigón de Bogatell un vuelvepiedras (Arenaria interprens). Al amanecer ya estaba hoy alli, pero el ave no se observaba. Entre las rocas donde estaba ayer, un buzo pescando pulpos quizás lo hacía inviable a pesar de la habitual y conocida confianza de la especie.
domingo, 30 de diciembre de 2018
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