Ayer por la mañana observé como había sido segado un solar que llevaba años asilvestrado, en Poble Nou y cercano a la colonia de aviones comunes (Delichon urbica). En ciudades como Barcelona, donde el verde no posee grandes extensiones, las aves necesitan de estos espacios. Sean granívoras o insectívoras. Este solar era sobrevolado por los aviones comunes y las golondrinas comunes (Hirundo rustica) donde obtenían alimento en vuelo. La desaparición de estos solares a los que llamo "naturalizados" supone una merma evidente en la calidad del medio para estas aves. Muchos los ven como espacios llenos de hierbajos, donde algunos aprovechamos para lanzar residuos o pasear a los perros. Pero si se encuentran bien vallados, se convierten con el tiempo en vergeles, donde las aves pueden alimentarse.
jueves, 7 de julio de 2016
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