Desde hace un par de meses la montaña a la izquierda donde se accede al parc desde Selva de Mar no ha sido segada en su parte más alta. Esto ha dado lugar a que se desarrolle un interesante vegetación herbácea que da descanso entre otros animales a las libélulas. No obstante, otros insectos pueden encontrar en este pequeño mini-prado sustento para las aves que podría repercutirles beneficiosamente como ocurre con la lavandera blanca (Motacilla alba) que ya hace uso de esta nueva despensa. Esperemos que sigan este espacio respetándolo y tampoco sería mala idea que la ampliaran al resto de montículos ya que estéticamente también son más agradables estas praderas que el césped uniforme y en ocasiones estéril de características más anglosajonas.
martes, 16 de septiembre de 2014
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