Esta mañana he observado como un adulto de patiamarilla (Larus michahellis) ha capturado y ha comenzado a picotear a un desafortunado joven de paloma en la plaça Catalunya. Lo curioso es que, visto desde lejos para no interferir, después de muerta la paloma y algún que otro picotazo, ha dejado la presa y se ha vuelto a la zona de palomas a ver si cogía otra... Me he acercado y he visto que la paloma era un ejemplar poco crecido, casi en los huesos. Quizás no lo suficientemente atractivo para un depredador que captura con facilidad cuando quiere alimento más que accesible. Es la primera vez que veo este comportamiento.
jueves, 26 de junio de 2014
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