Esta tarde en el Parc hemos podido contemplar (aunque no fotografiar) una de esas estampas que tan solo pueden verse en ocasiones. Un adulto de garza real (Ardea cinerea) sin anillar ha llegado sobre las 16h00'. Ha dado varias vueltas en vuelo y de súbito ha picado con una velocidad poco habitual. Su caída ha sido sobre un subadulto de los anillados con PVC amarillo en el Zoo. No he tenido oportunidad de poder leer esta anilla. El adulto ha caído físicamente sobre el subadulto, lo ha tirado al agua (estaba posado sobre el cemento) y acto seguido lo ha cogido con su pico por alguna parte del cuello, intentando hundirle la cabeza en el agua. La acción ha durado apenas tres o cuatro segundos, lo suficiente para que el subadulto, algo aturdido, buscara refugio en un árbol alejado. Cuando el adulto se ha repuesto, ha observado al subadulto al que ha acosado en vuelo, hasta alejarse con él en dirección al Zoo. Al cabo de un minuto, ha retornado al Parc, posándose eso sí, en el tubo más alto, como oteando el espacio aéreo, cerciorándose que la expulsión de su contrincante había sido efectiva.
Una impresionante escena, aderezada además con la presencia de nada menos que nueve garcetas comunes (Egretta garzetta), garcetas que cada vez se hacen más palpables en el parc. Tanto que, las riñas y disputas, sin llegar a la encolerizada y anteriormente descrita, son habituales. Lances que, si se siguen, pueden deparar para los amantes de la fotografía bellas estampas.
Comentar por otra parte, dos aspectos que hoy también son de interés. En primer lugar, la localización otra vez de la pareja de gorriones molineros (Passer montanus), exactamente en el mismo parterre que en días anteriores. Comentar que estos dos gorriones son aficionados a mantener cierta distancia con las personas; algo desconfiados. Esperemos que este comportamiento les permita llegar a la primavera siguiente.
Por otro lado, comunicar la sorprendente localización de 21 mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) en las ramas de tan solo tres álamos. Allí, ávidos de alimento, se despachaban a gusto de algunos minúsculos insectos. Cabe destacar que estos tres álamos, están plagados de agallas, y que el resto de árboles muy cercanos, no eran visitados por los mosquiteros, acompañados por un herrerillo capuchino (Parus cristatus) y un herrerillo común (Parus caeruleus) que parecían dedicarse a la misma pitanza. Las agallas observadas, parecen corresponder a una especie de áfido muy común, la Pemphigus immunis. Aunque más bien, parecía que estos insectívoros se alimentaban más bien de algún tipo de pulgón... Pero estas cosas ya son para gente que sepa más sobre insectos...
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