Este puente de agosto localicé un macho de periquito (Melopsittacus undulatus) cantando tan feliz en Diagonal mar. Siempre que llegan las vacaciones aparecen aves de jaula, ya que es mucho más fácil abandonarlos que en el caso de los perros. Se abre la portezuela y ya está. La gran mayoría de estas aves mueren o en el mejor de los casos son recapturadas y vuelven a una jaula. Pero demuestra la falta de sensibilidad y responsabilidad de buena parte de nuestra población. Y siempre pueden ser un vector de enfermedades de los humanos a poblaciones silvestres de aves. Y esto pasa desde hace ya décadas. Un claro y pernicioso ejemplo es la población asilvestrada de cotorra argentina.
domingo, 21 de agosto de 2022
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario