La semana pasada vi 2 grajillas (Corvus monedula) en las encinas (Quercus ilex) de la plaça Catalunya. Las 2 a un par de metros una de otra, mantenían reclamos típicos de ellas, no muy potentes. Estaban en los troncos más defoliados picoteando algo que sujetaban fuerte entre las patas. Comenzaron a caer restos. Eran las bellotas verdes y tiernas que la encina comienza a producir. Los frutos caían manteniendo su cutícula más sólida aún verde pálido. Pero los picos son lo suficientemente hábiles para rasgar longitudinalmente el fruto y extraer su pulpa aún blanda. Lo curioso que la cúpula aún blanda mostraba picoteo y se veía que debía haber sido ingerida en parte. Que se coma el interior de la bellota parece lo normal pero que aproveche tan solo la parte de la cúpula más externa y supongo que más blanda, no lo sabía. Una adaptación más a un alimento que en la cercanía solo pueden encontrar en esta plaza.
lunes, 9 de septiembre de 2019
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