Ayer por la tarde, sobrevolando el parc de la Marbella, me llevé la sorpresa de observar una golondrina daurica (Hirundo daurica) que iba volando hacia Poble Nou. Y un rato más tarde, entre algunas gaviotas de audouin (Larus audouinii) dispersas, llegó por la costa un adulto de gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus), un ejemplar estival poco habitual por estas fechas. Dos buenas sorpresas costeras.
martes, 7 de junio de 2016
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