Desgraciadamente es habitual observar aves con sedales en las patas, que en muchas ocasiones suponen la amputación de la extremidad del ave. La situación es tan habitual que cuando observo gaviotas en el parc, siempre encuentro alguna de ellas con sedal en sus patas o con patas ya amputadas. En este caso, nuestro amigo José Liarte nos remite una imegen tomada en agosto de 2015 en el Zoo de Barcelona. Se trata de las patas de una garza real (Ardea cinerea). Obsérvese como el sedal ha quedado como incrustado en la pata que ha desarrollado una callosidad como protección.
martes, 15 de marzo de 2016
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