Nuestra raíz mediterránea siempre se ha caracterizado por el volumen que utilizamos al hablar, demasiado alto en ocasiones. El gran dibujante Herman Heinzel ya lo comentaba en su película de las grullas. Cuando en ella llegaba a Gallocanta hacía ver que las grullas aumentaban el volumen de sus reclamos y lo relacionaba con el hablar de los lugareños. Por eso, siempre en los hydes de Cataluña ha habido un volumen algo más elevado de ruido que en otros hydes de centro europa. Pero os voy a contar lo observado en dos hydes de 2 espacios naturales diferentes en pocos días.
Caso 1) Cal Tet. Delta del Llobregat. La semana pasada a primera hora, había unas 300 aves posadas. Morito, aguja colinegra, ánsares. cormoranes, archibebes oscuros, archibebes claros, cercetas, etc... Llega un grupo de escolares de la ESO no precisamente en silencio. Espantan a todas las aves. El resto de ornitólogos se van. Los jóvenes sacan por las ventanas hasta palos selfis donde hay cámaras Go- Pro. Uno de los monitores o profesores les explica que hay una pareja de ánades reales... son patos cuchara. Y pensando uno de estos adultos que quizás ya no quede ningún ornitólogo, grita "això és un corb marí". Ya no puedo más y le llamo la atención. Disculpas pero ya no queda ninguna aves que los chavales puedan ver, que se supone han ido a eso. Los niños van sin prismáticos y no reciben apenas instrucción ambiental ninguna. Llevan fotocopias en blanco y negro de las aves del lugar, elemento ya por sí difícil de utilizar para personas neófitas... Hay más grupos ese día en toda la zona de Cal Tet. Caminan por la zona, escuchándose de lejos...
Caso 2). Aiguamolls de l'Empordà. Grupo de 6 fotógrafos que tienen copado todo un hyde. Todos los objetivos por fuera de las ventanas. Sin prismáticos ninguno. Vocerío, risas, algunas palabras soeces. Salen a fumar por turnos del hyde. Pasa un avetoro volando, no lo identifican...Colillas en el suelo...
Es evidente que hay gente que no se sabe comportar en los hydes y que no es la mayoría.. Pero también es cierto que parece que cada vez este sector de falta de respeto hacia lo que se quiere ver o fotografiar parece aumentar.
Y que si estamos en parcs naturals, los gestores de los mismos deberían hacer esfuerzos, no ya de evitar estos comportamientos, sino de ser estrictos aunque cualquier tipo de situación que espante a las aves, ya que la función primordial de los espacios naturales es preservar la riqueza de los mismos. Un parque natural NUNCA debería valorar su gestión por el número de visitas que recibe, que es la tendencia actual, desafortunadamente. Debería valorar su gestión, por las mejoras ambientales objetivas que la misma consigue.
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