Ayer por la tarde aparecieron en la zona de influencia del parc las primeras golondrinas comunes (Hirundo rustica) nacidas este año. Dos pollos, posados en un cable telefónico reclamaban comida a un adulto. La peculiar familia se encontraba posada en la zona donde el año pasado hubo una importante explosión de insectos (ver comentarios del año pasado). Quizás los progenitores hayan ya aprendido como aprovechar este maná originado por esa vegetación alóctona que planta nuestro ayuntamiento. Lo que sigue siendo sorprendente es que todavía algunas pocas parejas de golondrina sigan reprodcuiéndose en un espacio cada vez más adverso y extremadamente urbanizado. Y donde los pocos edificios tradicionales han casi desaparecido en su totalidad, aplastados por esa maquinaria urbanística que ahora resquebraja algo más que los cimientos de nuestra ciudad.
sábado, 16 de junio de 2012
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