Ayer por la tarde me tiré un par de horas en el espigón de Bac de Roda oteando el mar. Sabemos que las aguas de la ciudad no son un lugar especialmente propicio para la ornitología marina, pero de vez en cuando hay que echar un vistazo, más si hay una borrasca. Las aves localizadas fueron las habituales. Una gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus), unas 50 reidoras (Larus ridibundus), unas 30 patiamarillas (L. michahellis), una sombría (L. fuscus) y una de audouin (L. audouinii). En la lejanía, realizo seguimiento de los diferentes alcatraces (Sula bassana), con un conteo máximo a la vez de 9 adultos y un joven del año. Ninguna pardela, ni charrán patinegro, en ocasiones observados. Y pocos cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo), tan solo 11. Afortunadamente, un par de ellos se posaron algo cercanos y uno acertó a capturar un sargo de buenas dimensiones que el final, después de un par de minutos, consiguió deglutir.
domingo, 14 de noviembre de 2021
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