Hace ya tiempo, comentamos los efectos de la iluminación nocturna y artitficial de las ciudades sobre el comportamiento de las aves. Ayer aún de madrugada noche, cantaban en la zona de influencia del parc el mirlo común (Turdus merula), el herrerilo común (Parus caeruleus) y el agateador (Certhia brachydactyla), concretamente en la calle Taulat. Y precisamente hoy, en la misma zona y a la misma hora, cantaban las 3 especies desde el mismo punto que ayer, mostrando por lo tanto su apego y territorialidad por la zona elegida. Esto ya de por sí es interesante, pero mucho más lo es que, por un apagón zonal de la iluminación en la C/ Taulat, en el siguiente transecto, completamente a oscuras, no cantaba ningún ejemplar de ninguna especie. Lo que demuestra que sí que estos espacios iluminados son seleccionados por diferentes especies y que la artificialidad de la iluminación modifica el comportamiento de las aves urbanas.
martes, 30 de marzo de 2021
EFECTOS DE LA ILUMINACIÓN NOCTURNA
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