Nuestra amiga Elisa nos comenta que hace un par de días observó sobre el tejado de un quiosco de la Plaça Catalunya como una lavandera blanca (Motacilla alba) picoteaba insistentemente el cuerpo de una paloma que había sido depredada por una gaviota patiamarilla (Larus michahellis). Es más que probable que sobre los restos del cuerpo se pudieran ya encontrar insectos relacionados con la inexorable descomposición.Y es que en cualquier parte, incluso tan transitada como ésta, puedes en ocasiones contemplar como la vida aprovecha cualquier oportunidad para subsistir.
jueves, 26 de julio de 2012
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