Barcelona en los últimos años ha vivido la expansión de esta especie, la paloma de mayor porte y abundancia de nuestras superficies forestales. Esta progresiva expansión se ha fundamentado en las superficies arboladas de la ciudad, en especial los parques y jardines. Allí ha encontrado refugio y variado alimento. Destacan diferentes factores que han potenciado esta expansión. En primer lugar, la imposibilidad de ser cazada a pesar de ser mira habitual de nuestras escopetas, ello potenciado por el desconocimiento y desidia de la población urbana. Debe sumarse también la ausencia de depredadores naturales, donde los más potencialmente peligrosos como los falconiformes prefieren la captura de otros columbiformes de menor porte. También tenemos que tener en cuenta que el torcacho se ha adaptado a explotar los recursos tróficos a los que tienen acceso otras aves urbanas. Sobre este aspecto, reseñar que en Diagonal Mar las palomas torcaces (Columba palumbus) ingieren en otoño e invierno las bellotas de las encinas. Se las tragan enteras, accediendo a un alimento rico en nutrientes que no es aprovechado por el resto de fauna. Ahora en primavera, podemos contemplar a estas bellas palomas, confiadas ante la gente, ingiriendo enteras los frutos de la morera, arrancándolos directamente de sus ramas. Aprovechando por lo tanto otro recurso trófico aportado por las plantaciones que adornan este Parc. Y es que en la urbe, el término sobrevivir es sinónimo de explotar al máximo cualquier mínimo recurso…
miércoles, 2 de junio de 2010
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